STEPHEN KING
LA PLANTA I
4 de enero de 1981
Zenith House, Editores,
490 Park Avenue South
New York, New York 10017,
Señores:
He escrito un libro que quizás acepten
publicar. Es muy bueno, todo es terrorífico y real. Se llama Verdaderos Cuentos de las Plagas Demoníacas;
conozco todas las cosas de primera mano. El volumen incluye historias tales
como "El Mundo de la Brujería," "El Mundo del Éter," y
"El Mundo de los Muertos Vivientes." También incluyo algunas recetas
para pociones, pero éstas podrían ser "censuradas" si les llegara a
parecer que son demasiado peligrosas, a pesar de que a la mayoría de las
personas no le funcionarían en absoluto, y en un capítulo llamado "El
Mundo de los Hechizos" explico las razones.
Ahora les estoy
ofreciendo este libro para su publicación. Estoy ansioso por vender todos los
derechos (salvo los de la película; yo mismo haré el film. Si lo desean también
hay fotografías. Si están interesados en este libro (ningún otro editor lo ha
visto, estoy enviándoselos porque ustedes son los editores de Casas Sangrientas, que fue bastante
bueno), por favor contesten con el franqueo postal pago que he adjuntado.
Enviaré el manuscrito con estampillas de retorno por las dudas de que el libro
no les guste (o no lo entiendan). Por favor respondan lo más pronto posible.
Opino que es inmoral enviar un manuscrito a varias editoriales, pero quiero
vender Verdaderos Cuentos de las Plagas
Demoníacas cuanto antes.
¡En este libro hay algo "jodidame**e asustadizo!" ¡Si entienden lo
que quiero decir!
Sin otro particular,
Carlos Detweiller
147 E. Calle 14, Depto.
E
Central
Falls, R.I. 40222
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF: Presentaciones/11-15 Enero,
1981,
Un nuevo año, y
la nieve fangosa en el montón de lodo sigue creciendo ininterrumpidamente. No
sé cómo le estará yendo al resto de tus esforzados favoritos de la editorial,
pero yo continúo empujando la piedra existencial de los ambiciosos inéditos de
América, o al menos la parte de ellos que me toca. Lo cual sólo es para decir
que ya leí mi porción de basura de esta semana (y no, no he estado fumando lo
que W. C. Fields llamaba "la sustancia ilícita", es simplemente que
estoy teniendo un día pesado).
Con tu
aprobación, estoy devolviendo 15 largos manuscritos que llegaron sin ser
solicitados (ver Devoluciones, en la
próxima página), 7 "borradores y capítulos de muestra" y 4
inclasificables que se parecen un poco a textos mecanografiados. Uno de ellos
es un libro de algo llamado "poesía de sucesos gay" titulado Succiona Mi Gran Pija Negra, y otro
titulado La Pequeña Lolita, que trata
de un hombre enamorado de su alumna de primer grado. Al menos eso creo. Está
escrito con lápiz y es difícil decirlo con seguridad.
También con tu aprobación, te estoy
pidiendo que veas borradores y capítulos de muestra de 5 libros, incluyendo al
nuevo destripador-de-corpiños de ese bibliotecario de mal genio de Minnesota
(los autores nunca curiosean en tus archivos, ¿no, jefe?). Podría considerarse
como una sumisión llana, pero el pobre desempeño de Sus Besos Ardientes no lo justifica
ni siquiera nuestro desastroso
sistema de distribución: a propósito, ¿ni una palabra de qué está pasando con
los Distribuidores Unidos de Novedades?). Sinopsis para tus archivos (más
abajo).
Por último, y
probablemente no tenga importancia, estoy añadiendo una curiosa carta de un tal
Carlos Detweiller de Central Falls, Rhode Island. Si yo regresara a la
Universidad Brown, especializándome alegremente en Lengua Inglesa, planeando
escribir grandes novelas, y trabajando bajo la premisa errónea de que todos
quienes publicamos debemos ser
brillantes o por lo menos "realmente inteligentes," tiraría la carta
del Sr. Detweiller en seguida. (¿Carlos Detweiller, –me pregunto ahora a mi
mismo, mientras sacudo las teclas de esta vieja Royal– puede que sea un nombre
real? ¡Ciertamente no!) Probablemente utilizaría unas tenazas para manipular
esta carta, por las dudas de que la obvia dislexia del hombre fuese
contagiosa.
Pero dos años en
Zenith House me han cambiado, Roger. Las vendas se han caído de mis ojos. No
podrás tener realmente a los pesos pesados como Milton, Shakespeare, Lawrence,
y Faulkner en potencia hasta que hayas almorzado en Hamburguesas Cielo con el
autor de Ratas del Infierno o hayas
ayudado al creador de Acuchíllame,
Querido a superar su actual bloqueo de escritor. Llegas a comprender que el
gran edificio de la literatura tiene un jodido montón más de subsótanos del que
te imaginabas cuando te escondiste tu primer libro bajo la remera para
toquetearte (¡no, no he estado fumando hierba!).
Está bien. Este tipo escribe como un
alumno de tercero ligeramente brillante (todas las frases lo confirman; su
carta tiene el encanto de un tipo pesado
bajando las escaleras con botas de la construcción), pero también lo hace Olive
Barker, y considerando nuestro endeble sistema de distribución, a su serie de Viento Flotante le fue bastante bien. La
frase en el primer párrafo, donde dice que él conoce todas estas cosas "de
primera mano" sugiere que está algo ding-dong. Ya sabes lo que quiero
decir. Su afirmación de que piensa dirigir la película sugiere que es un
ding-dong con delirios de grandeza. Creo que ambos sabemos eso. Además,
apostaría mi último par de calzoncillos (¡estoy usándolos, y eso que están más
que gastados!) que, a pesar de su negativa, cada editor de New York ha visto Verdaderos Cuentos de las Plagas Demoníacas.
La lealtad a una compañía sólo puede llegar hasta cierto punto, colega; ni un
alumno de tercero ligeramente brillante empezaría en Zenith House. Supongo que
esta carta ha sido vuelta a escribir pacientemente y vuelta a enviar por el
infatigable (y probablemente obsesionado) Sr. Detweiller por lo menos cuarenta
veces, empezando con Farrar, Straus & Giroux, o quizá incluso con Alfred A.
Knopf.
Pero creo que
hay una posibilidad –aunque extremadamente remota– de que este Sr. Detweiller
pueda haber investigado el suficiente material como para crear realmente un
libro. Tendría que ser reescrito, por supuesto –su carta de preentación lo deja
perfectamente claro– y el título apesta, pero tenemos varios escritores en
nuestro staff que estarían más que contentos de hacerse un poco el
escritor-fantasma y llevarse unos fáciles $600. (Te ví hacer una mueca de
dolor; digamos $400. Probablemente la infatigable Olive Barker sea la mejor de
ellos. También creo que Olive se da con Valium. Los toxicómanos trabajan más
duro que las personas normales, jefe, como creo que ya sabes. Al menos hasta
que se mueren, y la pendenciera de Olive es fuerte. Ella no luce demasiado bien
desde su ataque de apoplejía –odio la forma en que el lado izquierdo de su cara
simplemente cuelga allí– pero ella es fuerte.)
Como decía, las oportunidades escasean, y
siempre es un poco arriesgado alentar a un loco evidente, ya que luego resulta
muy difícil librarse de ellos (¿recuerdas al General Hecksler y su libro Veinte Flores Psíquicas de Jardín?
Durante algún tiempo pensé que el hombre podría llegar a ser genuinamente
peligroso, y, desde ya, él fue la razón principal de que el pobre viejo Bill
Hammer renunciara). Pero en realidad, Casas
Sangrientas anduvo bastante bien, y la cosa completa –fotografías borrosas
y todo– nos llegó desde la Biblioteca Pública de New York. Así que dime:
¿agregamos a Carlos a Devoluciones, o
lo invitamos a que envíe un borrador y capítulos de muestra? Decida rápido, o
gran líder, para poder mantener en equilibrio el destino del universo.
John
de la oficina del editor en jefe
A: John Kenton
FECHA: 15/1/81
MENSAJE: ¡Por Cristo,
Johnny! ¿Alguna vez te callaste en tu
vida? ¡Ese memorándum tenía más de tres
páginas de largo! Si no estabas
drogado, no tienes ninguna excusa. Rechaza la maldita carta de presentación,
dile a este Carlos Como-Se-Llame que envíe su manuscrito, o cómprale un pony,
haz lo que quieras. Pero ahórrame la puta tesis. No las recibo ni de Herb, ni
de Sandra, ni de Bill, y
tampoco las quiero de tí. "Empala la mierda
y cállate,"
¿Por qué no haces de esta
frase un lema?
Roger
P.D. Harlow
Enders llamó de
nuevo hoy; parece
que vamos a seguir recibiendo los
cheques del sueldo por lo menos durante otro año. Después de ese tiempo, ¿quién
lo sabe? Dice que en junio va a haber una "valoración de posición", y
en enero próximo una "revisión total de la posición global de Zenith en el
mercado"; traduzco estas dos frases empalagosas diciendo que podríamos
estar en venta en el próximo enero a menos que mejore nuestra posición en el
mercado, y, dado nuestro actual sistema de distribución, no veo cómo ésto pueda
llegar a suceder. Mi cabeza va a explotar. Tal vez tenga un tumor cerebral. Por
favor, no me envíes más memorándums largos.
P.P.D. ¿No te parece que La Pequeña Lolita es de verdad un título
bastante bueno? Nosotros podríamos comisionarlo. Quizá esté pensando en Mort
Yeager, él tiene cierto toque para esa clase de cosas. ¿Recuerdas La Muestra de Lencería Adolescente? La
muchacha de La Pequeña Lolita podría
tener once años, pienso, ¿no tenía doce la Lolita original?
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF: Posible tumor cerebral
Me suena más
como un dolor de cabeza por ansiedad. Toma cuatro Quaaludes y llámame por la
mañana. A propósito, Mort Yeager está en la cárcel. Por encubrimiento de
propiedad robada, creo.
John
de la oficina del editor en jefe
A: John
Kenton
FECHA: 16/1/81
MENSAJE: ¿No tienes trabajo para hacer?
Roger
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF:
Agresividad sin piedad por parte de superior insensible
Si, le escribiré una carta a Carlos Detweiller,
el ganador del Premio Nacional del Libro del año próximo.
John
P.D.
Y no te molestes en agradecerme.
16 de enero de 1981
Sr.
Carlos Detweiller
147
E. Calle14, Depto. E
Central Falls, Rhode Island 40222,
Estimado
Sr. Detweiller,
Le agradezco la interesante carta del 4 de enero, con la breve pero
intrigante descripción de su libro, Verdaderos
Cuentos de las Plagas Demoníacas. Le daría la bienvenida a una sinopsis más
completa del libro, y lo invito a que nos envíe capítulos de muestra
(preferiría capítulos 1-3) con su resúmen. Tanto la sinopsis como los capítulos de ejemplo deben estar tipeados a
doble espacio, en una resma de papel de buena calidad (y no del que se borra fácil,
ya que capítulos enteros tienen la costumbre de desaparecer en el correo).
Como usted ya
sabe, la Zenith es una pequeña casa de libros de bolsillo, y nuestras listas
actualmente emparejan nuestro tamaño. Como nosotros publicamos sólo originales,
recibimos varias grandes propuestas; como somos una editorial pequeña, las
propuestas que leemos son, en la mayoría de los casos, devueltas, porque no
parecen encajar con nuestras necesidades actuales. Todo lo cual es mi manera de
advertirle que no interprete esta carta como un convenio a publicar su libro,
porque ése no es definitivamente el caso. Le sugeriría que mande por correo la
sinopsis y los capítulos de muestra con la idea de que rechazaremos finalmente
su libro. Entonces usted estará prepararado para lo peor... o agradablemente
sorprendido si encontramos que es apropiado para Libros Zenith.
Por último, aquí
tiene las advertencias normales en
que insiste nuestro departamento legal (y los departamentos legales, hasta
donde yo sé, de todas las editoriales): debe usted adjuntar la estampilla
adecuada para asegurar el retorno de su manuscrito (pero por favor no envíe el efectivo que cubra la
estampilla), debe comprender que Zenith House no acepta ninguna responsabilidad
en el retorno seguro de su manuscrito, aunque nosotros tendremos todo el
cuidado razonable, y que, como le dijera anteriormente, nuestro acuerdo en
leerlo no es de ninguna manera un convenio para publicarlo.
Espero tener noticias
suyas, y confío encontrarlo bien.
Atentamente,
John
Kenton
Editor
asociado
Zenith House, Ediciones
Avenida South
Park 490
New York, New
York 10017
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF: después de considerarlo...
... estoy de
acuerdo. Escribo demasiado. Añadido a
esto hay una copia de mi carta a Detweiller. Parece una sinopsis de El Desnudo y el Muerto, ¿no te
parece?
John
21 de enero de 1981
Sr.
John Kenton, Editor,
Zenith
House, Ediciones,
Avenida
South Park 490
New
York, New York 10017,
Estimado Sr. Kenton,
Le agradezco su
carta del 16 de enero que acabo de recibir. Mañana le estoy enviando el
manuscrito entero de Verdaderos Cuentos
de las Plagas Demoníacas. Hoy tengo poco dinero, pero mi jefa, la señora
Barfield, me debe como cinco dólares de la lotería. ¡Muchacho, ella no puede
resistirse ante esas tarjetitas para raspar!
Le enviaría una
"sinopsis más completa", tal como usted le dice, pero no hay ninguna
razón para hacerlo cuando usted puede leerlo por sí mismo. Como dice el Sr.
Keen, de mi edificio, "Por qué describir a un invitado cuando usted mismo
puede ver a ese invitado." El Sr. Keen realmente no tiene una profunda
sabiduría pero de vez en cuando dice algo así de ingenioso. Traté de instruirlo
en una ocasión (al Sr. Keen) en los "misterios más profundos" y él
sólo dijo, "Cada uno a lo suyo, Carlos." Creo que usted probablemente estará de acuerdo
en que éste es un comentario tonto que sólo parece
ingenioso.
Debido a que no tenemos que
preocuparnos por la "sinopsis más completa," emplearé mi carta para
contarle algo sobre mí. Tengo veintitrés años (aunque todos dicen que parezco
más viejo). Trabajo en la Casa de Flores de Central Falls para la señora Tina
Barfield, que conoció a mi madre cuando ella todavía vivía. Nací el 24 de
marzo, lo que me hace un Ariano. Las personas de Aries, como usted sabe, son
muy psíquicas, pero salvajes. Por
suerte para mí, yo estoy en la "cúspide" de Piscis, lo que me da el
control que necesito para tratar con el universo psíquico. He intentado
explicarle todo esto al Sr. Keen, pero él sólo responde: "Hay algo de pescado en tí, Carlos," él siempre
está bromeando de esa manera y a veces puede llegar a ser muy irritante.
Pero ya es
suficiente sobre mí.
He trabajado en
los Verdaderos Cuentos de las Plagas
Demoníacas durante siete años (desde que tenía 16). Mucha de la información
que hay allí la recibí de la tabla "OUIJA". Yo usaba la
"OUIJA" con mi madre, con la señora Barfield, con Don Barfield (él
ahora está muerto), y a veces con un amigo mío llamado Herb Hagstrom (que
también murió, pobre muchacho). De vez en cuando también se unían otros a
nuestro pequeño "círculo". ¡Allá en nuestros días en Pawtucket, mi
madre y yo éramos bastante "sociales"!
Algunas de las cosas que averiguamos de
la "OUIJA" están descriptas con "detalles horripilantes" en
Verdaderos Cuentos de las Plagas
Demoníacas: 1. ¡La desaparición de Amelia Earhart fue realmente el trabajo
de demonios! 2. Fuerzas demoníacas al
trabajo en H.M.S. Titanic. 3. El
"tulpa" que infestó a Richard Nixon. 4. ¡Habrá un Presidente de
ARKANSAS! 5. Y más.
Claro que esto no es "todo".
"No me enfríes, recién estoy precalentándome", como diría el Sr.
Keen. En cierta forma, los Verdaderos
Cuentos de las Plagas Demoníacas son como El Necronomicón, sólo que ese
libro era de ficción (inventado por H. P. Lovecraft, que también era de Rhode
Island) y el mío es de verdad. Tengo
historias asombrosas de "aquelarres" de magia negra a los que he
asistido, tomando una pócima y volando a ellos a través del éter (recientemente
he ido a los aquelarres de Omaha, Nebraska; Flagstaff, Arizona, y Fall River,
Massachusets, sin abandonar "el comfort de mi propio hogar").
Probablemente esté usted preguntándose, "Carlos, ¿esto significa que es un estudiante de las
'Artes Negras'?" ¡Sí, pero no se preocupe! Después de todo, usted es mi "conexión" para conseguir la publicación de mi libro, ¿no es
así?
Tal como le dije
en mi última carta, también hay un capítulo, "El Mundo de los
Hechizos", que la mayoría de las personas encontrará muy interesante.
Trabajar en un invernadero y tienda de flores ha sido especialmente bueno para
trabajar con hechizos, puesto que la mayoría de ellos requieren hierbas y
plantas frescas. Soy muy bueno con
las plantas, incluso la señora Barfield se lo diría, y ahora estoy cultivando
algunas muy "extrañas" en la parte trasera del invernadero.
Probablemente sea demasiado tarde para ponerlo en este libro, pero como el Sr.
Keen a veces me dice, "Carlos, el momento de pensar en mañana es
ayer". Quizá podríamos hacer una continuación, Plantas Extrañas. Hágame llegar su opinión al respecto.
Concluiré ahora.
Hágame saber que recibió el manuscrito (con una postal será suficiente), y
póngame al corriente lo más pronto posible sobre los porcentajes de derechos de
autor, etc. Yo puedo ir a N.Y.C. cualquier miércoles en el tren o en el autobús
de la Greyhound si usted quiere tener un "almuerzo de publicación", o
puede venirse hasta aquí y le presentaré a la señora Barfield y al Sr. Keen.
También tengo más fotografías que las que le estoy enviando. Estoy feliz por la
publicación de Verdaderos Cuentos de las
Plagas Demoníacas.
Su nuevo autor,
Carlos Detweiller
147 E. Calle 14, Depto. E
Central Falls, R.I. 40222
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF: Verdaderos
Cuentos de las Plagas Demoníacas, por Carlos Detweiller,
Acabo de recibir
una carta de Detweiller con respecto a su libro. Creo que, al invitarlo a
presentarla, cometí el peor error de mi carrera editorial. Oooh, la piel me
está empezando a arder...
de la oficina del editor en jefe
A: John Kenton
FECHA: 23/1/81
Te hiciste la
cama. Ahora métete en ella. Después de todo, siempre podemos conseguir un
escritor-fantasma,¿no es cierto? Je-je.
Roger
25 de enero de 1981
Querida Ruth,
Me siento casi
como si estuviera en el medio de un maldito arquetipo; hay segmentos del New York Times del domingo en el suelo,
un viejo álbum de Simon y Garfunkel en el estéreo, y un Bloody Mary al alcance de mi mano. La lluvia
golpeando en el vidrio lo hace todo más acogedor. ¿Estoy intentando ponerte
nostálgica? Bien... tal vez un poco. Después de todo, la única cosa que falta
en la escena eres tú, y probablemente estés montando una tabla de surf más allá
de la línea de las grandes olas mientras escribo estas palabras (y llevando una
bikini casi inexistente).
En realidad, sé
que estás trabajando duro (probablemente no demasiado) y estoy convencido de
que tu doctorado va a ser un record mundial. Lo que pasa es que la semana
pasada fue un verdadero show del horror para mí, y tengo miedo de que pueda
haber más por llegar. Entre otras cosas, Roger me acusó de ser un pesado
(bueno, realmente eso fue la semana anterior, pero ya sabes lo que quiero
decir), y creo que siento acercarse un ataque real de pesadez. Trata de
soportarme, ¿de acuerdo?
Básicamente, el
problema es Carlos Detweiller (con un nombre como ése no podía ser otra cosa
que un problema,¿verdad?). Va a ser un problema a corto plazo, el viejo Carlos,
como hiedra venenosa o una llaga en la boca, pero tal como sucede con estas dos
cosas, saber que el problema es a corto
plazo no alivia todo el dolor... sólo te salva de que te vuelvas loco.
Roger tiene
razón; tiendo a aburrir de tan pesado que soy. Sin embargo, eso no será lo
mismo que tener logorrea*. Intentaré
evitarlo. A los hechos, entonces. Como
ya sabes, todas las semanas nos llegan presentaciones "por encima de la
ventanita". Son las que están
dirigidas a los
"Caballeros", "Estimado
Señor", o "A Quien Corresponda"; en otras palabras, un
manuscrito que nadie solicitó. Bien... no todos
son manuscritos; al menos la mitad de ellas son las que nosotros, editores
modernos, llamamos "cartas de presentación" (¿todavía no te cansaste
de tantas comillas? Deberías leer la última carta de Carlos; te cansarías de
ellas de por vida).
Sin embargo, todas ellas serían cartas de
presentación si esta bola de fango realmente fuera el mejor de todos los mundos
posibles. Como el 99% de los otros editores en Nueva York, nosotros ya no
leemos manuscritos no solicitados; al menos, ésa es nuestra política oficial. Lo
decimos tanto en el Mercado del Escritor,
como en el Anuario del Escritor, El
Independiente, y en La Gacetilla de
la Pluma. Pero, aparentemente, del montón de aspirantes a Wolfes y a
Hemingways que hay allá afuera, ninguno lee estas cosas, no las creen cuando
las leen, o simplemente las ignoran; escoje lo que mejor te parezca.
Al menos, en la
mayoría de los casos le echamos una mirada al lodo, si éste está escrito a
máquina (por favor que no se te escape ni una palabra de esto o nos veremos
inundados de manuscritos y Roger probablemente me mate; ya
le falta poco para hacerlo, creo). Después de todo, Gente Común apareció de la nada y la primera persona que lo leyó
fue un asistente editorial que de casualidad se dio cuenta de que era una
historia genial. Pero ésa, por supuesto, fue una oportunidad en un millón. Yo
nunca he visto un manuscrito no solicitado que parezca algo más que el trabajo
de un brillante alumno de quinto. Claro que Zenith House apenas se acerca a Alfred A. Knopf (nuestro
título líder para febrero es Escorpiones
del Infierno, por Anthony L. K. LaScorbia, su continuación a las Ratas del Infierno), pero a pesar de
eso... uno tiene esperanzas...
Detweiller, por
lo menos, siguió el protocolo y envió una carta de
*Nota del Traductor: juego
de palabras entre gonorrea y enfermedad del “logotipo”
presentación. Herb Porter,
Sandra Jackson, Bill Gelb y yo nos distribuimos las que entran en la semana
antes de cada lunes, y yo tuve la desgracia de que me tocara ésta. Después de
leerla y reflexionar durante unos veinticinco minutos (tiempo más que
suficiente para escribirle a Roger un largo y jadeante memorándum sobre el
asunto que, bajo las actuales circunstancias, probablemente nunca vaya a
repetir), le escribí una carta a Detweiller pidiéndole que nos mandara unos
capítulos de muestra y un borrador del resto. Y el viernes pasado recibí una
carta que... bueno, para abreviar, no estoy seguro de cómo describirla. Él
tiene veintitrés años y parece ser el empleado de una vieja floricultora de
Central Falls, con una fijación por su madre y la convicción de que asiste a
sabbats de brujas por toda América drogándose con nuez moscada, o algo así. Ya
me estoy imaginando aquelarres en las playas de estacionamiento de los Moteles
Six.
Pensé que los Verdaderos Cuentos de las Plagas Demoníacas de
Carlos (ya he logrado superar el punto en que sólo el título tenía el poder de
hacerme empalidecer y estremecerme en mis zapatos) podría ser una investigación
aficionada de algún chico; algo que podría recortarse, exprimirse y venderse al
público de Amityville Horror. Es que
su carta original era corta, y tan llena de esas meticulosas oraciones
objeto-predicado, como para que uno pudiera creerlo. Y mientras que nunca tuve
ninguna ilusión de que el hombre fuera un escritor, asumí que por lo menos era
capaz de leer y escribir, lo que resultó ser un
pensamiento totalmente infundado. Es más, el solo hecho de releer la carta
original de Detweiller me hace preguntar cómo pude alguna vez garrapatear la
frase Esto tiene cierto encanto aún a
medio cocer en el margen... y aún así, ahí está.
¿Y qué hay con eso? te estarás preguntando.
Podía darle una mirada al manuscrito cuando llegara y luego enviarlo de vuelta
con una carta con la leyenda: "Zenith House lamenta informarle", etc.
Eso estaría correcto... pero también equivocado. Está equivocado porque los
tipos como Carlos
Detweiller demasiado a menudo resultan ser un mal caso de piojos;
fácil de contraer, pero del que ni el mismo diablo te cura. Lo peor de todo
esto es que le mencioné este mismo hecho a Roger en mi más que largo memorándum
original sobre el libro, recordándole al General Hecksler y su Veinte Flores Psíquicas de Jardín; debes
acordarte de que te conté cómo el General nos bombardeó con cartas documento y
llamadas telefónicas luego de que le rechazáramos el libro (no puedes estar
enterada, sin embargo, acerca del correo que Herb Porter recibió de él, en el
que Hecksler se refería a Herb como "el Judío Señalado", una
referencia que ninguno de nosotros ha descifrado hasta el momento). Se puso
cada vez más agresivo, y justo antes de que su hermana lo encerrara en un asilo
del estado, Sandra Jackson me confesó que tenía miedo de irse sola a su casa;
dijo que temía que el General saltara desde una puerta oscura con un cuchillo
en una mano y un ramillete de flores psíquicas en la otra. Me dijo que lo peor
de todo aquello era que ninguno de nosotros sabía cual era su aspecto; habríamos necesitado una
pericia caligráfica en lugar de una fotografía para poder identificarlo en una
ronda policial.
Y por supuesto
todo esto suena divertido ahora, pero no
fue gracioso cuando ocurrió; sólo después de que su hermana nos escribiera
descubrimos que éramos simplemente una de sus obsesiones menores, y desde ya él
resultó ser peligroso; sino
pregúntale al chofer de autobús de Albany al que apuñaló.
Y sabiendo todo
esto –incluso se lo mencioné a Roger– invité despreocupadamente a Detweiller a
que me enviara una copia de su libro.
Por supuesto, el otro asunto (y
conociéndome tanto como me conoces, probablemente ya lo has adivinado) es muy
sencillo: me disgusta errar tan alevosamente. Si un ignorante como Carlos
Detweiller pudo engañarme tan bien (imaginé que su libro debía de ser
fantasmal, cierto, pero aún así no es ninguna excusa), ¿cuánto material bueno me estoy perdiendo? Por
favor no te rías; estoy hablando
en serio. Roger siempre está haciendo jirones mis "aspiraciones literarias",
y supongo que tiene derecho a eso (ningún progreso en la novela esta semana si
es que te interesa; este asunto de Detweiller me ha deprimido demasiado),
considerando dónde terminó el antiguo director de la Sociedad Milton de la
Universidad Brown (terminó alentando a Anthony LaScorbia para que se pusiera a
trabajar en su nueva obra épica, Avispas
del Infierno). Pero creo que
aceptaría gustosamente seis meses de cartas del evidentemente loco Carlos
Detweiller, repletas de amenazas veladas que se vayan volviendo un poco menos
veladas con cada misiva, si me pudieran asegurar que no dejé pasar algo bueno
debido a una respuesta crítica totalmente equivocada.
No sé si esto es
más o menos desalentador, pero Roger mencionó en uno de sus Famosos Memorándums
que la Corporación Apex va a darle a Zenith al menos un año más para que deje
de personificar a un perro muerto y empiece a mostrar algún aumento en las
ventas. Él recibió las noticias de Harlow Enders, el jefe interventor de Apex
en New York, así que probablemente sea cierto. Supongo que es una buena noticia
cuando consideras que en estos días no cualquiera en el mundo de la publicación
tiene una oficina adonde ir, ni siquiera con una compañía cuyo más constante y
más grande serie leída es la del Macho
Man y cuyo problema interno más grande no son los espías que hacen copias
de manuscritos para que los estudios cinematográficos puedan conseguir una
vista previa, si no que tiene cucarachas en el refrigerador. Quizá no sea tan
bueno cuando piensas en qué poco dinero tenemos para gastar (quizá te merezcas los Carlos Detweillers del
mundo cuando lo máximo que puedes ofrecer como adelanto por derechos de autor
es $1800) y la distribución de mierda que tenemos. Pero nadie en Apex entiende
de libros o del mercado de libros, incluso dudo si en primer lugar alguien allí sabe por qué eligieron comprar Zenith
House el año pasado, excepto que lo
hicieron porque se les presentó una compra barata. Las oportunidades de que
podamos mejorar nuestra posición (2% del mercado del libro de bolsillo,
decimoquintos en una lista de quince) en el transcurso del año próximo no son
demasiadas. Quizá terminemos casándonos en California después de todo, ¿eh,
nena?
Bien, suficiente
calamidades y pesimismo –mañana mandaré esto por correo y con suerte volveré a
trabajar en mi libro– y la próxima carta que te escriba será de la variedad
"locuaz y llena de noticias". ¿Quieres que le pida a Carlos que te
envíe flores desde Central Falls?
Olvida que
pregunté eso.
Con amor,
John
P.D. -Y dile a tu compañera
de cuarto que no creo que fabricar "el Frisbee comestible más grande del
mundo" tenga ningún mérito en absoluto, Libro Guinness de los Records o
no. ¿Por qué no le preguntas si tiene algún interés en sentarse en una bañera
llena de fideos para los Records Mundiales? El primero que la reviente se gana
un viaje con todos los gastos pagos a Central Falls, Rhode Island...
J.
memorándum de oficina
A: Roger
DE: John
REF: Verdaderos
Cuentos de las Plagas Demoníacas, por Carlos Detweiller,
El manuscrito
de Detweiller llegó esta mañana, envuelto en bolsas de la compra,
asegurado con cinta (roto en su mayor parte), y aparentemente tipeado por
alguien con terribles problemas de control motriz. Es todo tan malo como me lo
temía: pésimo, más allá de toda esperanza.
Este puede y
debe ser el fin, pero algunas de las fotografías que él adjuntó son intensamente perturbadoras, Roger, y
éste no es ningún chiste, así que por favor no te lo tomes como si lo fuera.
Ellas son una rara conglomeración de fotos en blanco y negro (sacadas con una
Nikon, supongo), en color (también con la Nikon), y unas Polaroid SX de 70
tiros. La mayoría de ellas son de
ridículos hombres y mujeres maduros, vestidos con batas negras con signos
cabalísticos cosidos en ellas, o de hombres y mujeres maduros con nada en
absoluto, exhibiendo zancas flacas, pechos caídos, y barrigas enormes. Se ven exactamente como uno
supone que las personas de Central Falls imaginarían a qué debiera parecerse
una Misa Negra (en algunas de ellas hay un hombre mucho más joven que
probablemente sea el mismo Detweiller; este joven siempre está enfocado de
atrás o con su cara en las sombras), y el escenario parece ser, en la mayoría
de los casos, un invernadero; me imagino que relacionado con la floricultora
donde Detweiller dijo que trabajaba.
Hay un paquete de seis fotos
etiquetadas como "La Reunión Sagrada" que muestra manifestaciones plásmicas tan
obviamente falsificadas que dan lástima (lo que parece ser un globo
escarchado con pintura Day-Glo está flotando desde las yemas de los dedos del
médium). Un tercer paquete de fotografías (todas de SX-70) son del estilo de
libro de "exposición", con tomas de varias plantas que pretenden ser
hierba mora mortal, belladonna, pelo de virgen, etc. (es imposible para mí
decir si las etiquetas están correctas, ya que no puedo diferenciar a un arce
de un pino ponderosa sin ayuda; Ruth probablemente lo sepa).
De acuerdo,
ahora la parte perturbadora. Algunas de las fotografías con las escenas de la
"Misa Negra" (cuatro, para ser rigurosamente exactos) pretenden
mostrar un sacrificio humano... y a me
parece que ellos quizá realmente mataron
a alguien. La primera fotografía muestra a un viejo con una sumamente
realista expresión de terror en la cara, acostado sobre una mesa en el
invernadero que mencioné. Varias personas vestidas con túnicas están
sujetándolo. El hombre joven que pienso que es Carlos Detweiller está de pie a
la izquierda, desnudo, con lo que parece ser un cuchillo Bowie. La segunda foto
muestra el cuchillo enterrándose en el pecho del viejo compañero; en la
tercera, el hombre que yo presumo pueda ser Detweiller está metiendo la mano en
la cavidad del pecho; en la última está sosteniendo una cosa chorreante para
que los demás puedan verla. La cosa chorreante se parece muchísimo a un corazón
humano.
Las fotos podrían ser completamente
falsas, y yo sería el primero en admitirlo; supongo que un hombre con efectos
especiales medio decentes podría recrear algo así, sobre todo con calma... pero
los esfuerzos por engañar en las otras fotografías son tan dolorosamente obvios
que me pregunto si eso pueda ser así.
Solamente con ojearlas tengo suficiente
como para vomitar las galletitas, Roger; ¿qué pasaría si nos hemos tropezado
con un grupo de personas que realmente están practicando sacrificios
humanos? ¿Asesinatos en masa, tal vez?
Estoy asqueado, aunque por el momento más asustado que otra cosa. Todo esto
podría decírtelo personalmente, por supuesto, pero parecía importante
notificártelo por escrito, por las dudas de que termine siendo una cuestión
legal. Cristo, ojalá nunca me hubiese enterado de la existencia de
Carlos Jodido Detweiller.
¿Por qué no vienes y le echas un vistazo
a las fotos en cuanto puedas, si? Ni siquiera sé si debo tomar el teléfono y
llamar a la policía de Central Falls o no.
John
FIN DE
LA PLANTA, PARTE
UNO
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